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María Paula Vettorazzi: «La escritura de este libro coincidió con mi despertar político»

La autora de Algo que vuele nació en Sampacho, Córdoba, en 1988; este es su primer libro

María Paula Vettorazzi nació en la localidad cordobesa de Sampacho y se crió allí, «con todos los privilegios que implica la infancia en el pueblo». Recuerda que, cuando tenía cuatro o cinco años, sus padres, junto con un grupo de amigos, fundaron la Biblioteca Popular Alfonsina Storni, la única del pueblo. «Hay una foto en la que aparezco accidentalmente en el plano, no estoy jugando, estoy mirando lo que pasa. Yo sabía que algo importante estaba sucediendo. En ese lugar, en el que había objetos de mi propia casa, me sentaba a leer poesía».

María Paula Vettorazzi

En esta entrevista Vettorazzi cuenta que estudió Derecho en la Universidad Nacional de Río Cuarto; vive desde entonces en esa ciudad y allí ejerce como abogada. Dice que mantiene su mundo laboral y la práctica de la escritura de modo «disociado».

Según comenta, el proceso de escritura de Algo que vuele coincidió con su «despertar político» en este tiempo de la revolución de las mujeres. Y se explaya: «Quizá por eso hay una presencia muy fuerte de ‘lo femenino’ en los relatos».

 

  • ¿Cuándo empezaste a escribir?

Empecé a escribir en la adolescencia, después hay un período en blanco que coincide con los años que estudié en la Universidad. No leí literatura y tampoco escribí ni una sola palabra durante seis años, hasta que me recibí y empecé un taller de narrativa. Ese primer día de taller sentí que aparecía un nuevo sentido en las cosas, dije: “era ésto” y fue eso hasta hoy.

  • ¿Tuviste o tenés algún maestro o maestra de escritura?

Rubén Padula fue mi primer maestro, pero ese aprendizaje no tuvo nada que ver con estructura y sintaxis. Rubén me enseñó lo que era importante. Después apareció Pablo Ramos, una experiencia muy intensa, pero que me ayudó a encausar esa pulsión, que es el acto creador. Hasta ese momento yo sentía que escribía “correctamente”, pero no lograba encontrar la motivación, o si la encontraba, no podía sostenerla hasta el final. Pude resolverlo y empecé a disfrutar muchísimo del acto de escribir, que es lo que me instala como escritora-para-mí, como dice la Heker. Hoy aprendo de mis compañerxs, los tengo cerca y los tengo siempre. La amistad para nosotrxs es decirle al otrx que lo que escribió es horrible. Ellxs siempre me mejoran.

  • ¿Cómo llegan estos cuentos? ¿Nos contás del proceso de escritura de estos relatos?

Todos, o casi todos, llegaron después de Ramos. El proceso previo a sentarme a escribir es el que más dura; llego a la hoja en blanco cuando tengo algo para decir, aunque no sepa aún del todo cómo voy a resolverlo. Entre medio pasan un montón de cosas: días, muertes, trabajo. Todo eso va influyendo en el texto. A Algo que vuele lo escribí en un período de nueve o diez meses; la idea de libro apareció cuando los cuentos estaban listos y parecían responder –extrañamente- a un todo.

  • ¿Cómo convive tu profesión de abogada con esta voluntad por escribir y publicar?

No conviven. Soy una cosa y la otra, por separado. Tengo que disociarme para poder escribir; me llevó mucho tiempo hacer que eso funcione. Todo es lenguaje, es cierto. Y también es cierto que la ley -como la literatura- es performativa, crea mundos, no sólo los nombra. Pero no existe tal dimensión creativa en la vorágine diaria; las discusiones iusfilosóficas ni siquiera empiezan cuando la prioridad es esa mujer o ese hombre que perdieron el trabajo y necesitan cobrar el mango.

  • ¿Sentís una conversación entre tus relatos y este tiempo revolucionario para las mujeres? ¿En qué sentido?

Algo que vuele se gestómientras las mujeres allá fuera –y acá adentro- estábamos dando grandes batallas. De algún modo, el proceso de escritura de este libro coincidió con mi despertar político, quizás por eso hay una presencia muy fuerte de lo femenino en los relatos, o al menos, esa es mi sensación. 

  • Sé que formás parte de un movimiento de mujeres que se está gestando en Sampacho, tu pueblo. ¿Por qué te parece importante dar esta militancia desde las pequeñas comunidades?

La militancia en el pueblo es algo hermoso. Hace unos meses, una compañera me hizo leer un texto de Laura Escudero que decía algo así como: “hay que saber habitar los tiempos del pueblo”, y eso es el feminismo, no anular el acto político. Con las pibas del pueblo la construcción es horizontal, la palabra circula sin academicismos, no hay voces autorizadas, todas tenemos algo importante para decir. Y nos esperamos, y el amor se gesta en esa espera.

  • ¿En tu rutina cotidiana tenés incorporada la escritura? ¿De qué manera?

Escribo casi todos los días, por la tarde, después del trabajo. Muchas veces sólo me dedico a leer. De a poco voy incursionando en la poesía, es una posibilidad hermosa y mucho más inmediata de vincularme con la escritura. Paso tardes enteras sin escribir, pero pensando en un diálogo o hablando con mis amigxs de tal o cual texto. Todo va a parar al mismo lugar.

3 comentarios en “María Paula Vettorazzi: «La escritura de este libro coincidió con mi despertar político»

  1. Que bueno Paula!!!! Vivir la infancia y la adolescencia en un pueblo como Sampacho es algo incomparable. Felicitaciones!!!! Quiero leer ese libro. Cuando tengas te pido que me avises. Toda la suerte, hermosa!!!! Un besote. Keke

  2. felicitaciones!!! ya lo leere!!! que orgullo para el pueblo, excelente la nota…

  3. Sos una genialidad amiga !!! Por muchos éxitos más !!! Te quiero y acompaño !!!! ??

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