La luz herida, de Pablo Mores
Los cuentos de La luz herida ofrecen una vista de los ritmos y los modos de vida de una pequeña localidad cordobesa. La chatura y el escaso movimiento que un viajero quitaría rápidamente de su retina son el objeto de atención de un narrador que sigue de cerca los movimientos de un conjunto de personajes de trazas faulknereanas y de la estirpe de los de Carson McCullers: un viejo linyera que tiene poderes sobrenaturales, un joven secretario de una parroquia que despierta un raro amor en un ser con un pasado siniestro, un improvisado taxidermista viudo y otros tantos que habitan la planicie con la certeza de una muerte inminente en un estado casi místico. Así, La luz herida es, acaso, la primera oportunidad de acceder a un microcosmos que, no obstante su particularidad (ese pueblo, esa gente, esas calles), refracta con sabiduría las desventuras y los encuentros de seres humanos en cuyo rostro el lector encontrará una inquietante familiaridad. Se trata del libro de un autor debutante pero no inexperto en cuyo origen se adivina la mirada desprejuiciada y el oído atento de los narradores que conocen bien los secretos de su oficio.