Descripción
Sangre subjetiva, nitidez del silencio
Poesía que vigoriza la lengua. Voceo abismal, feroz y sensi-ble. Palabra que se vuelve palabra poética.
Desde la primera página hasta la última, Sangre subjetiva escarba en la lóbrega umbría del agua muda, corroe el len-guaje en un tono único, sin reposo lo descarna y con absoluta robustez lo alberga de belleza y emoción. Su diafanidad, su exquisitez, mecen el ánima.
La desnudez de las palabras nimba esa sangre devastada, desentrañan lo oscuro y entre lampos cavan el coágulo re-cóndito, cuajado, habla en la pureza del brío de los vocablos.
Los poemas de Luis O. Tedesco (estacazos a lo intolerable) son el faro escarpado en plena estepa.
Sangre subjetiva debe de ser leído como el acaecer viviente del idioma.
Alejandro Cesario
*En coedición con ediciones la yunta