Diario de una androide es el último libro de poemas de Marcelo Fagiano, publicado en una coedición entre ediciones la yunta y nuestra editorial Cartografías.
El poeta y gestor cultural Diego Formía, que acaba de editar su poesía reunida en Cartografías, Te deseo un río, escribió una reseña de Diario de una androide, que comparte con esta comunidad lectora.
Poesía en tiempos de inteligencia artificial, por Diego Formía
Marcelo Fagiano escribe un diario en versos en la piel de un organismo sintético que adquirió una sensibilidad poética, una voz androide de escritura autómata desde una femineidad coral e inmemorial. Cada uno de los dieciocho poemas que componen el libro se escribe y se borra de manera mecánica. Los poemas escritos en el éter contienen manifiesto, herencias, ensayos, anhelos y ofrendas en un mundo donde ya no hay lectores, no hay escuchas.
“Se extinguieron/ desaparecieron de la faz de la tierra/fue masiva la burbuja de su derrota/fueron sus propios predadores/creció la ignorancia ilustrada …”, se lee en uno de los poemas, bajo el título “Ellos”.
La androide poeta se llama Alejandra y su diario abre con un epígrafe, con palabras de Pizarnik: La hermosa autómata se canta, se encanta, se cuenta casos y cosas: nido de hilos rígidos donde me danzo y me lloro en mis numerosos funerales.
Estos mismos versos se leen nuevamente en el corpus, en el poema titulado “Ella”, artefacto textual que comienza con los siguientes versos de la voz metálica: «Poéticas ancestrales edificaron mi escritura/ guardo en la memoria/ilustres malditas olvidadas frases/millones de poemas en un mismo destino…”.
La apertura del libro tiene un segundo epígrafe con palabras de Marvin Lee Minsky: “Cuando los ordenadores tomen el control, quizá ya no los podamos volver a recuperar. Sobreviviremos mientras ellos nos toleren. Si tenemos suerte, quizá decidan tenernos como mascotas.”
En parte, los “ordenadores” de la actualidad ya tienen el control. Fagiano, con Diario de una androide se lanza hacia adelante, en clave poética, creando un mundo donde la alienación y la autodestrucción alcanzan a fagocitar la humanidad por completo. Con este libro, con una escritura concentrada como corpus que se autodestruye, Fagiano imagina y reflexiona (y nos invita a hacerlo) en torno a la poesía en estos tiempos de inteligencia artificial.