Publicado el Deja un comentario

Mariana Robles publicó su poemario Retamas en la dimensión sin nombre

Ilustraciones de Mariana Robles.

Mariana Robles publicó su poemario Retamas en la dimensión sin nombre, en la colección Archipiélago de Cartografías, que, tal como señala el editor Pablo Dema, puede leerse de modo independiente o una continuidad de El nacimiento de lo extraño (2020). Precisa el editor en la contratapa del libro: “Si en el primero [El nacimiento de lo extraño] se reconstruían los orígenes de un vinculo madre hija dominado por la perspectiva infantil y una separación forzosa que abrió una herida, en éste el amor materno filial y el deseo de reencuentro son los pigmentos que están en la base de un paisaje que es el escenario de un paseo compartido”.

Y suma: “Como Dante y Virgilio, como los héroes románticos que crearon Novalis y Hölderlin, la madre y la hija se toman de la mano para transitar por una geografía plagada de símbolos y de criaturas extraordinarias surgidas de la imaginación de esta poeta artista que homenajea y recrea la tradición pictórica occidental en los poemas y en las pinturas que acompañan los textos. A lo largo del viaje, la hija madura y sana, mientras que la madre va destilando reflexiones sobre su experiencia que serán atesoradas, más allá de estos personajes singulares, por cada lector que se remonte a su condición básica de criatura dadora de vida”.

Retamas en la dimensión sin nombre, de Mariana Robles.
Retamas en la dimensión sin nombre, de Mariana Robles.

Conversamos con la escritora Mariana Robles para que conocer qué la motivó a escribir este segundo libro de poesía (Mariana tiene publicado también ¿Vive el tiempo en algún lugar?, de nuestra colección infantil), por qué volvió a elegir esta editorial y qué significa para ella publicar poesía en estos tiempos tan críticos para la cultura en nuestro país.

-¿Qué te motivó a publicar este libro de poemas?

-Hace algunos años publiqué en Cartografías El nacimiento de lo extraño y, ahora, Retamas en la dimensión sin nombre. Ambos libros se encuentran relacionados: los dos poemarios recorren un territorio singular de la geografía materna, los paisajes de la infancia que se presentan actualizados por ciertas imágenes ensoñadas. Me pareció interesante e importante que pudieran verse de ese modo, en una continuidad, pero también como el desarrollo de una pulsión del orden de lo mágico que opera en los poemas. En ese sentido, Cartografías resulta el cobijo ideal para resguardar esos mundos subterráneos, los senderos nocturnos, los recovecos porosos que sostienen las palabras.

-¿Qué significa en estos tiempos de crisis y ajuste a la cultura dedicarles tiempo y esfuerzo a publicar poesía?

-La realidad puede ser, no sólo ahora sino siempre, una condición peligrosa para la ensoñación y el pensamiento y la poesía convertirse en la vía intensa para acceder a imágenes extintas, preciosas o sagradas. En la actualidad, en el contexto de crisis y ajuste a la cultura sabemos que lo económico afecta de manera determinante las producciones artísticas. Advertimos, cada día, la reducción o extinción de los diversos financiamientos que existían, pero, principalmente, asistimos a la construcción de muros que clausuran toda diversidad de pensamiento y de experiencia imaginaria.

Un lenguaje violento y degradado irrumpe para arrasar con todos los pliegues de la lengua y, entonces, puede justificar el vaciamiento con las más burdas pruebas. Argumentan que en un país donde hay niños con hambre el estado no puede sostener el teatro o la gestión de museos públicos cuando, en realidad, la pobreza es, también, una consecuencia de las políticas públicas que no incluyen en sus planificaciones programas culturales. Creo que seguir publicando es un gesto grandilocuente en estos momentos, es una manera de ofrecer al mundo una versión diferente, un conjunto de palabras blandas frente al monstruo que cuantifica cuerpos para arrojarlos a la maquinaria productiva. La poesía nos salva de eso, de convertirnos en cosas, en enemigos, en desconocidos de nosotros mismos y de nuestra historia.

Por Verónica Dema

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *