El último fin de semana de noviembre de este 2024 se presentó No reconoce patrón, el sexto libro de la editorial Guadales, que lleva adelante el Colectivo Cultural Glauce Baldovin. Como en los anteriores libros, este también está compuesto por una dupla artística: una escritora y una artista plástica. Esta vez, la poeta Elena Berruti y Romina Gonella con el bordado de las tapas originalísimas. Cada uno de los 50 ejemplares que ponen a circular son obras de arte únicas.
Elena Berrutti se presenta así en su poemario:
«Tengo 57 años y nací acá, en Río Cuarto, donde vivo. Soy mujer/madre/compañera/amiga/profedeletras/poeta. Editorial Cartografías (independiente y también de acá) aloja mis tres libros de poemas. Creo en hacerle el aguante a la poesía, con otres, a como dé lugar. Co-coordino con compañeras entrañables de Letras de la uni nuestra, pública y gratuita, el Aguante poesía va a la escuela (es hermosura). Dirigí una editorial soñada en esa uni, hace mucho. Animé (animo) escritura y lectura poéticas en talleres, en particular en el proyecto VersoRaíz«.
Romina Gonella dice de sí:
«Nací bajo un sol en libra y una luna en Aries. Soy inquieta, entusiasta y siempre busco cosas nuevas que aprender, encuentro cosas a las que le doy sentido y cosas me encuentran para que las transforme. Creo en la energía, los ángeles, María y todas sus manifestaciones; creo en otros mundos paralelos, en la poesía y en que los deseos del pensamiento se manifiestan. Creo en el amor en sus infinitas posibilidades y en el Universo, Dios de todo lo que existe. Hago manualidades desde que era muy pequeña; me encantaba hacer ropita a mis muñecos. Según me contaba mi mamá, andaba con un montón de bolsitas de acá para allá cuando ni siquiera caminaba».
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La poeta Virginia Abello, autora también integrante del Archipiélago de Cartografías (publicó No todas las tortugas llegan al mar), escribió un bellísimo texto de presentación que nos comparte para quienes no pudieron estar el sábado pasado en la Feria del Fuego. Pueden imaginarse la calidez del encuentro.
No reconoce patrón, de Berruti y Gonella – Feria del Fuego, noviembre de 2024, Río Cuarto (por Virginia Abello)
Quizás de acá a varios años, ojalá muchos, exista un colectivo, organización o agrupación poética que tome a la Ele Berruti de referenta. Quizás se llame La Ele Berruti a Más No Poder o Grupa Poética Las Elenitas o Colectivo Cultural Patrona Elena (y no la de Troya). Acaso quizás derive también en un partido político, cuánta falta hace: La Berrutiana, cuya consigna más conocida será: “Pan apenas blando, pero para todas y todes”. La Berrutiana me suena también a banda de música, podría ser jazz. Pero volviendo a las tradiciones poéticas, quizás en un futuro un encuentro lleve su nombre, una feria o festival, como buena señora del fuego que también es. Y qué fuego. Señora Madreluna o Hija de la Luna, Señora de Todas las Mareas, Madre de Sí, Nutridora de Sí, Hembra de la Manada.
Quizás de acá a muchos años me hagan una entrevista unas chicas jóvenes y yo les cuente que Elena enseñaba en la universidad, que coordinaba un taller en el quincho de su casa todos los miércoles, que había acercado la poesía a muchísimas personas y circuitos varios. También diría que Elena se ensañaba tiernamente con la palabra, tanto en su forma escrita como en su forma hablada. Vas a decir o vas a decir. La letra de Elena en los apuntes de cátedra o en el pizarrón era dibujada con un deleite de artista. Patas largas, panzas redondas, la presión firme de la mano de quien no anda a las apuradas (o decide no hacerlo). La forma en la que hablaba Elena, en la que hablaba todo el tiempo, no sólo cuando leía poesía, sino también cuando hablaba del clima, de los formalistas rusos, cuando daba un consejo, cuando hacía una crítica necesaria (tipo se tenía que decir y se dijo); esa forma en la que hablaba era también pausada, marcando las consonantes, abriendo bien la boca, articulando como se dice. Parecía que los fonemas de la lengua castellana no le eran suficientes. Tenía claro que detrás de esos sonidos convencionales (esos otros patrones) había algo más, un sentido como un misterio, algo que quizás pudiera ser dicho y viniera a salvar, salvarnos al menos por un ratito.
Pero ¿saben qué? Elena es hoy. Y si el ejercicio imaginativo de anticipación sirve de algo es para valorar el presente. Compartimos época histórica con Elena, referenta de la poesía de Río Cuarto, nexo necesario entre generaciones de poetas, motor permanente de todos los Aguantes poéticos y no poéticos, presencia y voz en todos los aconteceres de la poesía, la literatura, la educación pública, los reclamos políticos y sociales, gremiales y feministas de este hoy urgente.
Con el Colectivo Cultural Glauce Baldovin tenemos el honor de presentar en esta Feria del Fuego a No reconoce patrón, libro objeto que reúne poemas de la Ele con el trabajo artístico de la Romi Gonella, en este caso de bordado, y que conforma el sexto espécimen de nuestra colección Guadal. A través de esta colección, buscamos establecer un diálogo entre dos lenguajes artísticos diferentes. Lo poético y lo visual se entretejen y hacen alianzas contra el vaciamiento de sentidos contemporáneo. Asimismo, pretendemos forjar un entramado de voces poéticas y prácticas artísticas visuales locales, algunas nuevas, otras ya resonantes, pero que juntas van dibujando el tejido de herencias, de préstamos y de lecturas que nos vamos haciendo les unes con les otres, poetas y artistas del Sur cordobés, a las orillas del Chocancharava.
No reconoce patrón es un texto subversivo. No nos engañemos por el uso de la tercera persona singular. La yo-poética no quiere ser autorreferencial, en el sentido de todo sí misma, por eso produce ese alejamiento que, a su vez, universaliza la experiencia. Además, sabe que no está sola: “Sola no. / En soledad, a veces. / Solitaria de a ratos. / No solísima”, reza uno de sus poemas. “Cree que escribe sola. / Se equivoca también en eso”, remata otro. La tercera persona presente en el título y en varios de sus poemas la acercan a un ella, también a ellas, a elles, hay otres que no reconocen patrón, como ella misma, el yo. El patrón que no se reconoce es el dominio masculino, el pater familias, el jefe dueño de los medios de producción (y acá me gritan qué voces al oído la consigna ni dios, ni patrón, ni marido), pero también bien pueden ser los patrones poéticos, retóricos, discursivos como serie de variables constantes y acá NO SE RECONOCEN. Por eso digo subversivo. Subversión a los dictámenes de la poesía (tantas veces tan varoniles), subversión a los temas de los que debe hablarse, al modo en que hay que separar las palabras, a las formas de conjugar los verbos, a la obligación de anteponer artículo, a las reglas morfológicas de derivación para la formación de palabras. Y como no podía ser de otra manera, Elena apuesta por el lenguaje inclusivo, aún en su poética, subversión a la RAE y al gobierno argentino. Ella no reconoce patrón, ahora más que nunca.
En el colectivo sentimos una tremenda alegría por este nuevo guadal que sale a la luz y estamos muy agradecides con la Ele por confiar en nuestro trabajo y por apoyar siempre nuestra militancia. Como todos los guadales, se trata de 50 libros numerados y firmados por ambas artistas. En cada una de las tapas, Romi dejó las hebras de su tiempo y el bordado de su arte. De alguna manera, se trata de objetos únicos y, aunque escasos cincuenta, han sido proyectados, diseñados, revisados, armados y bordados con el tiempo que se le roba al mercado, porque la única plusvalía aquí es el afecto que nos tenemos y las ganas de que la poesía y las artes visuales muevan voluntades hacia adonde creemos que deben ser movidas.
Virginia Abello