Tráiler, de María Calviño

Cuando la palabra abandona su inercia y se lanza hacia su propia continuidad, la poesía nace otra vez y, con ella, la dicha se pone de nuevo en movimiento. En ese fluir bienaventurado, los objetos se reaniman y recobran, a la vez, su condición abismal; las noticias, en apariencia triviales, se vuelven fragmentos de historias de vida en las que relampaguea lo inesperado; un tráiler es un video que resume una película entera “que parece llevarnos/ a alguna parte/ que nadie sabe dónde queda” y, asimismo, un remolque en cuya ventanita asoman unas pencas que escuchan, calladas, con sus espinas oscuras, los latidos de la palabra desdetenida.

Según Henri Meschonnic, el ritmo hace al poema porque rompe la discontinuidad del signo y permite que el lenguaje y la vida, fundiéndose, se transformen recíprocamente. Con delicada cadencia, María Calviño ha hilvanado los poemas de Tráiler: un continuo escandido por metamorfosis tan sigilosas como decisivas.

 

Cómo no va a ser del mismo color

el cielo si tenemos que estar cerca,

o todas las autopistas ahora

serían como esa del sur; no vamos

a ser las primeras personas

que esas pencas grises

se ponen a escuchar; oyen palabra

desdetenida.

 

Por José Di Marco

Te deseo un río, obra poética reunida de Diego Formía

Te deseo un río, la poesía reunida de Diego Formía, que engloba todos los textos editados por el autor hasta el momento, da cuenta de un serpenteante itinerario, que deja al descubierto diferentes dimensiones de la transformación de una escritura poética en un período de un poco más de dos décadas.

Tomado de esa manera se puede disfrutar independientemente de cada libro, de cada poema, así como también apreciar los momentos vitales en que la hoja en blanco los contuvo en un cuerpo independiente y acabado.

Por Marcelo Fagiano

Raros e inadaptados, lecturas de antipedagogía spinozista, de Guillermo Ricca

Raros e inadaptados, de Guillermo Ricca.

Pensar las instituciones educativas con la literatura es el convite de Raros e inadaptados, cuyo subtítulo sin embargo propone una antipedagogía spinozista. Gustavo Nielsen, Alejandro Zambra, Martín Kohan, Roberto Arlt, Salinger, Jesse Ball, Pasolini, Richard Yates, John Williams, Proust… convocados por la filosofia de Spinoza – siempre ahí, aunque aparece explícita solo cada tanto- como si se trata- ra de la mano izquierda y la mano derecha de una pianola ensayística que construye su motivo filosóficamente a partir de singularidades provistas por la literatura.

Desde la educación como desvío de la pura repetición o desconfiguración del destino al que las personas parecie- ran condenadas (tal el caso de Anita en el relato de Gustavo Nielsen), hasta la maravillosa evocación del naufragio al que un destino descon- figurado por la educación se halla no obstante siempre expuesto (como en Stoner de John Williams), el precioso situacionismo que ofrenda el libro de Guillermo Ricca piensa el acto educativo más allá de cualquier pedagogismo. Y restituye así a la educación su antiguo anhelo de eman- cipar de las brutalidades sociales lo que es “raro” para imaginar la vida en común, precisamente, como una comunidad de raros.

Por su modo de exploración del mundo, pero también por una escritura que no pide permiso ni paga diezmos, Raros e inadaptados es un libro concebido bajo esa inspiración spinozista mayor que es -en el doble sentido del genitivo- la libertad de pensamiento (¿acaso es posible una cosa sin la otra?), siempre en las antípodas de la educación como “modelo adapta- tivo a la injusticia que pregona una actitud positiva ante el derrumbe del mundo”. Un libro hermoso que quienquiera haya transitado alguna vez las instituciones educativas quisiera leer y haber leído.

Por Diego Tatián

Retamas en la dimensión sin nombre, de Mariana Robles

Retamas en la dimensión sin nombre, de Mariana Robles.

Los poemas de Retamas en la dimensión sin nombre pueden leerse como continuación y cierre de los de El nacimiento de le extraño, libro publicado por Mariana en esta misma colección. Si en el primero se reconstruían los orígenes de un vinculo madre hija dominado por la perspectiva infantil y una separación forzosa que abrió una herida, en éste el amor materno filial y el deseo de reencuentro son los pigmentos que están en la base de un paisaje que es el escenario de un paseo compartido.

Como Dante y Virgilio, como los héroes románticos que crearon Novalis y Hölderlin, la madre y la hija se toman de la mano para transitar por una geografía plagada de símbolos y de criaturas extraordinarias surgidas de la imaginación de esta poeta artista que homenajea y recrea la tradición pictórica occidental en los poemas y en las pinturas que acompañan los textos.

A lo largo del viaje, la hija madura y sana, mientras que la madre va destilando reflexiones sobre su experiencia que serán atesoradas, más allá de estos personajes singulares, por cada lector que se remonte a su condición básica de criatura dadora de vida.

Por Pablo Dema

Marya – Marie, de Livia Hidalgo

Desde una mirada minuciosa y exacta, basada fundamentalmente en la biografía de su hija Ève Curie, entre otras fuentes, Livia Hidalgo reconstruye la vida de Marya Skłodowska bajo el halo del microscopio poético, es decir, desde adentro hacia afuera, y vemos emerger la imagen de Marie Curie.

La autora recalca quién fue esta mujer detrás de los tubos de ensayos y nos alerta, casi como un grito de justicia, sobre las posibilidades de las mujeres en una época en la que el patriarcado les había asignado el lugar de lo privado: la casa, el marido y la maternidad. Marie Curie fue una transgresora en esa época de opresión, no solo a nivel intelectual sino también desde sus anhelos más íntimos.

El uso de la segunda persona produce un efecto doble: es la autora quien le habla a la científica, pero también es la propia Marya-Marie hablando, con cierta distancia, de sí misma. Los versos que retratan las diversas vicisitudes de su vida corren veloces, como el paisaje que observaríamos en un tren en movimiento y evocan, a su vez, una suerte de cántico. No es casual que Hidalgo remate cada poema con un estribillo: “Hay un rasguño de tu nombre/ Hay un rasguño de tu sombra/ Hay un rasguño de tu sangre/ Radiante/ Marya-Marie Skłodowska Curie” quizás para significar lo que esta mujer nos ha dejado como perdurable en el devenir del tiempo.

Paula Giglio

Carmen, de Silvia Barei

Estos nuevos poemas de Silvia Barei continúan una larga y sostenida reflexión que construye su voz lirica atravesada por las circunstancias existenciales, históricas y culturales, siguiendo en esta etapa una poética del yo plural. El modo de realizarlo es descubrir en la palabra imaginaria de dos mujeres que se llaman Carmen, la afinidad con la palabra ajena en versos que intercambian señales y mensajes cercanos o distantes, barquitos de papel….

Cada parte del libro es una experiencia diferente que debe ser disfrutada sin apuro ya que la variación de la escritura es una búsqueda de nuevo ritmo y nueva melodía. Dialógica unidad ilimitada. Poemas que se pliegan, se repliegan, se despliegan, buscándose en la mano que escribe, en la palabra que siente la pulsión de la experiencia previa y le da nueva forma, nuevo sentido, rozándolo levemente. Barcos de papel que son depositados en la correntada que mueve la palabra en el tiempo. ¿Adónde irán? No importa. Viajan con nosotras.

Pampa Arán

Pandemia de Neoliberalismo: Sintonía Filosófica 2, de Santiago J. Polop

Pandemia de Neoliberalismo es un atípico ejercicio de praxis filosófica, un sorprendente intento por intervenir filosóficamente en la vida cotidiana. Santiago Polop busca que sus textos, pensados inicialmente para viajar por el éter radial, se dejen decir de otro modo articulando una complicidad atípica con sus oyentes devenidos lectores.

La apuesta del autor se sostiene en un trabajo de escritura oralizada que intenta la aventura de pensar filosóficamente las encrucijadas de la vida contemporánea rompiendo los prejuicios que suelen distanciar esas inquietudes de lo que rutinariamente suele acontecer en los medios de comunicación.

Pero Santiago hace algo más desafiante: interrumpe lo que suelen ser modos de escuchar que ya no escuchan porque permanecen pasivos ante lo que se dice o se informa, y le ofrece al público la oportunidad de pensar por sí mismo, de atreverse a un viaje que, utilizando los instrumentos de orientación de la filosofía, se lanza hacia los confines de la vida social, política, cultural, tecnológica, comunicacional con ánimo de abordar críticamente aquello que nos acontece y nos atraviesa como sociedad y como humanidad.

Ricardo Forster

No todas las tortugas llegan al mar, de Virginia Abello

Una niña y una ruta que saben de cierta orfandad. Una ruta que también es un río. Cuando se maneja en ruta se puede ser la asesina, la impúdica, la obscena, la desvergonzada. Escenas hechas de palabras que se traman en un registro rumiado del hacer poema, con lo que otros desecharían tal vez en sus elecciones poéticas.

“No todas las tortugas llegan al mar” sabe, conoce de despojos, inutilidades, fríos de diverso tenor. Así (y el así incluye lo insaciable, la ausencia de refugio, la fragilidad), lo vulnerable de la condición humana lleva a las criaturas a acurrucarse y a sacar fuerza de lo débil.

El primer poemario de Virginia Abello habita con precisión de estilo y con voz y cadencia propias la racionalidad, sus bordes y sus más allá. Voces de otros y de otras, algunas incorpóreas, otras corporizadas emblemáticamente en el árbol familiar, también en el entramado de clase y una yo poética dispuesta a escuchar y dar pista a esta polifonía.

Con su “terrón de mundo” casi asegurado, rota, intervenida pero con la lindura del desbocarse, la animala galopa(rá). Salvaje será la fuerza de lo débil, con la mirada lírica puesta en lo que hay que proteger sin sacrificio y así florecerá bellamente.

Elena Berruti

Un edificio abandonado, de Marcos Gallardo

Los cuentos de Marcos Gallardo recorren nuestras emociones básicas a la perfección. Miedo, asco, ira, tristeza y alegría llenan las páginas de su primer libro, atravesados por la sorpresa, emoción ineludible cuando descubrimos un gran escritor y nos entregamos al placer de la lectura.

En la primera parte: un edificio vivo, copado por fuerzas malignas «se exhibe como un monumento al desfalco», mientras señala que la vida es una pasión demasiado breve. Conoceremos al Tuco, amigo con pocas disquisiciones éticas. A una pareja heredera de una propiedad que cambia para siempre su vida sexual. A un genio que concede deseos. Y al amor que se impone con fuerza y ternura. Una anciana nos recuerda que «no hay dolor más grande que el incumplimiento del propio sueño». Un escritor obsesivo que odia las moscas, nos robará algunas sonrisas.

En la segunda parte: «¿Eres capaz de matar?» Un odontólogo, a punto de jubilarse, ofrece una cena de despedida a sus pacientes: la velada transcurre gratamente hasta que sorprende con un contrapunto inesperado. Una versión macabra de Un día de Furia nos muestra escenarios que bien pueden trascender lo ficcional para convertirse, peligrosamente, en reales.

En el tramo final del libro, la imaginación se despliega con los «Escritos pandémicos». Allí, contextos casi imposibles invitan a la reflexión. En Mov-85 un virus obliga al movimiento, ya que detenerse puede ser mortal.

Asteroides, de Antonio Tello

Ese hombre que camina por la playa,

con la mirada perdida en otro horizonte,

piensa en los innúmeros secretos del Mediterráneo;

también en que en este mar no duermen

su sueño definitivo

Quetzalcoatl, Walichú, Günechén

y otros dioses cuyos nombres ignora.

Ese extranjero que en la playa sigue el vuelo de la gaviota

sabe que mañana esas aguas mojarán sus cenizas

y que tal vez alguien acuñará su nombre en la piedra,

pero no el de su patria.

Antonio Tello